Registrar tu negocio es el primer paso para emprender con seguridad. No se trata solo de “legalizar” tu empresa, sino de protegerte, acceder a beneficios fiscales y evitar multas.
Primero, elige el tipo de figura legal: ¿serás persona física o moral? Como persona física, tú representas al negocio; como moral, creas una empresa con personalidad propia.
Luego, tramita el acta constitutiva ante un notario (en caso de sociedad), el RFC ante el SAT, y el permiso de uso de nombre comercial en la Secretaría de Economía. No olvides darte de alta en el IMSS si vas a tener empleados y gestionar tu licencia de funcionamiento en tu municipio.
Todo esto puede sonar complicado, pero existen asesores y notarios que te guían paso a paso. La ventaja de hacer las cosas bien desde el principio es que podrás emitir facturas, acceder a créditos y participar en licitaciones o concursos públicos.
Emprender formalmente es más fácil de lo que parece si te rodeas de la asesoría adecuada. No dejes que el desconocimiento te frene. ¡Dale a tu negocio la base legal que necesita para crecer!